Ocho años después del estallido de la burbuja, España sigue de resaca con cientos de miles de viviendas que permanecen vacías. Los expertos calculan que en el país existen cerca de 700.000 casas nuevas sin vender y que el 41% de las mismas están alejadas de los núcleos urbanos y carecen de infraestructuras y servicios. Por otro lado, Más de la mitad está en manos de los bancos y de la Sareb.
Tal y como explica el director de Residencial, Urbanismo y Suelo de JLL al diario El País, Darío Fernández, la inversión bloqueada en esos proyectos abandonados podrían superar los 35.000 millones de euros. Mientras, Luis Rodríguez de Acuña, director financiero de R.R. de Acuña & Asociados, cifra esta inversión estancada en 44.000 millones de euros en casas y 24.000 millones en suelos.
Los expertos consultados por el mencionado periódico indican que una solución para dar salida a ese excedente es destinarlos al alquiler social. “Los bancos están regalando los pisos a fondos buitres a precios ridículos, entre 30.000 y 40.000 euros, cuando lo normal sería la cesión a los municipios para hacer política social, sobre todo, porque las entidades han sido rescatadas por los ciudadanos y mucha gente está en la calle con una mano delante y otra detrás”, opina el economista y profesor Gonzalo Bernardos.