Bancos y cajas de ahorros se comprometieron ayer a flexibilizar los créditos que conceden a la pequeña y mediana empresa. Como contrapartida el Gobierno reforzará y ampliará las líneas de crédito establecidas por el Instituto de Crédito Oficial (ICO), que se elevan a 30.000 millones y que no están dando el rendimiento esperado.
Se trata del principal acuerdo de la reunión mantenida en el palacio de la Moncloa, entre el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y los presidentes del Santander, Emilio Botín; BBVA, Francisco González; Popular, ÁngelRon; La Caixa, Isidre Fainé; Caja Madrid, Miguel Blesa, y Bancaja, José Luis Olivas.
El encuentro, que duró casi tres horas, se celebró en un clima de colaboración y trabajo, según los asistentes. Ambas partes estaban interesadas en evitar un enfrentamiento con acusaciones como las que se habían producido en las últimas horas.
El domingo, Rodríguez Zapatero había calentado el ambiente indicando a los bancos que “no es la hora de los beneficios, es la hora del crédito”. Y ayer, horas antes de la reunión, los banqueros le habían respondido por boca de Miguel Martín. El presidente de la patronal bancaria, AEB, indicó que “el Gobierno no sabe cómo abordar la crisis” y señaló que la española es “una sociedad sobreendeudada”, con lo que dio a entender que no tenía sentido dar más crédito.
La hostilidad mutua pareció desvanecerse al inicio de una reunión en la que Zapatero reclamó a los bancos su colaboración frente a la crisis y les solicitó “un esfuerzo adicional para atender la demanda de crédito por parte de empresas y familias al tiempo que valora el que efectivamente vienen realizando”, según Presidencia del Gobierno.
Las buenas intenciones se concretaron en el compromiso asumido por todas las entidades para la puesta en marcha de líneas de apoyo a la financiación de las empresas a través del ICO. Concretamente, de las ayudas a las pymes y a la moratoria de las hipotecas para los parados. Las líneas de crédito del ICO no han entrado en funcionamiento por la dificultad para articularlas y la banca ha pedido al Ejecutivo paciencia y esperar a ver el resultado.
Otro de los elementos clave que han sobrevolado la reunión es que las empresas no piden créditos para nuevos proyectos, sino para financiar circulante. Es decir, pagar nóminas y acreedores. Por eso argumentan que se necesita agilizar y flexibilizar las líneas del ICO para que lleguen con mayor fluidez. El presidente se comprometió a trabajar en esa dirección e incluso a incrementarlas si realmente sirven para activar la economía real.
Aun con ello, los banqueros coincidieron en que este año se darán los mismos créditos que en el 2008. Es decir, tendrán un crecimiento muy próximo al cero. La razón es que empresas y familias se hallan en un proceso de desendeudamiento y la demanda solvente escasea, según la banca.
A ello cabe añadir que las tasas de morosidad se han multiplicado por cuatro en el último año (pasando del 0,8 al 3,2%) y las previsiones es que siga aumentando hasta el 6% u 8%. Por ello argumentaron que la principal obligación del sistema financiero es proteger el ahorro y los depósitos y mantener la prudencia por encima de todo.
Francisco González defendió los beneficios de la banca por entender que sólo con ellos se puede incrementar el crédito a las familias. Esta intervención fue repetida desde el presidente del Banco Santander hasta el de La Caixa. De alguna manera respondían a las palabras de Zapatero hace unos días -“no es el momento de grandes beneficios, sino de apoyar el crédito y la financiación de empresas y familias”-.
Según las cifras proporcionadas por los banqueros, durante el 2008 el crédito creció a tasas próximas al 8% de media respecto al 2007, en que fue un año récord.
Fuente | lavanguardia.es