Los llamados parados de larga duración son uno de cada cuatro en nuestro país. Se trata de un colectivo muy vulnerable y sobre el que todas las oficinas de INEM insisten en que hay que trabajar más, pues estas 1.127.879 personas son las que más dificultades presentan al encontrar empleo llevando más de cuatro años sin trabajar. Los empleadores y empresas prefieren perfiles que hayan estado en activo recientemente o personas jóvenes, y la crisis económica no ha hecho más que agravar este asunto.
No obstante, este colectivo no está en su peor momento, con un 24,8% de los parados sin haber trabajado desde verano de 2012 o antes. La cifra llegó a alcanzar los 1,8 millones de personas cuando las bolsas de desempleo se movían por encima de los 5 millones de personas. La lectura clara es que los cambios y mejoras en el paro de nuestro país no están siendo iguales para todos los perfiles y hay sectores o segmentos de edad que no notan mejoría alguna y tienen más difícil la recuperación.
El trabajo temporal es una de las principales causas de este dato tan alto. Verano supone la época con menos paro, este año con un 25,7 más de trabajo que en meses previos, lo que dibuja a muchas personas que llevan más de un año sin trabajar desde el verano pasado y pasan a engordar la cifra de parados de larga duración. Pero para muchos especialistas la solución a esta situación no es tan complicada como podría parecer, y abogan por retirar los incentivos a empleadores por contratación y generar puestos de empleo público.
“Que dejen esos incentivos, no sirven. Además, en muchos casos, los contratos se habrían hecho igualmente”, apunta José Ignacio Pérez Infante, economista especializado: “Si las empresas no pueden atenderles, que haya empleo público. Algo hay que hacer para este colectivo y, por otro lado, para evitar que se sobrepase el año en paro”, reclama este experto, argumentando que “a ese parado de cuatro años, es prácticamente imposible que lo contraten si tiene más de 50 años”.